domingo, 20 de septiembre de 2020

Mujer Alfa-Por Benjamín Román

 

Por Benjamín Román

Mujer Alfa

Las responsabilidades de su cargo le dejaban poco espacio para detenerse a rememorar su vida, ya fueran hechos triviales o importantes, pero en ese momento cumbre evocó una trayectoria marcada por sus éxitos en la política, o que la primera vez que fue canciller de Alemania no pensó en que sería reelegida por varios periodos. Razonó sobre el poder, la cautela y sus silencios. También vino a su mente como la llamaban sus conciudadanos, "Mutti" (Mami) incluso que le sonaba un poco débil frente a "Dama de Hierro", como fue conocida otra gobernante fuerte, la primera ministra inglesa Margaret Thatcher.

Los alienígenas la habían contactado y no a los líderes de las tres superpotencias militares. Definitivamente, no haría lo que Estados Unidos, que solo hubiese mostrado un espectáculo hollywoodense, mientras que Rusia y China, hubieran intentado obtener información militar.

—Sra. canciller, todo está listo.

Ángela Merkel salió de la Casa de la Prensa, un edificio construido para albergar a los medios de comunicación y facilitar su interacción con el gobierno. Se situó en la puerta de ingreso, oyó los aplausos y vítores que negaban la frialdad de los germanos.

Dos minutos después, a las diez en punto de la mañana, ellos aparecieron mediante trasporte lumínico, en el punto acordado. Tenían un aspecto humanoide, pero con una textura gelatinosa y color rojizo, casi un metro de altura, cabellos que bien podrían haber sido algas marinas y sus cuerpos difundían en el ambiente un olor a amoniaco. En el medio, según lo acordado, estaba el jefe del planeta extrasolar que le dijo con una voz dominante y una mirada intensa:

—Sra Canciller, Ángela Merkel, gracias por confiar en nuestra visita, venimos de muy lejos para iniciar una nueva etapa en la Tierra y levantó sus dos brazos acuosos en puños.

Ella devolvió el gesto, uniendo la punta de los pulgares y de los índices de manos hacia afuera y abajo, abriendo entre ellos un espacio en forma de diamante o rombo, mientras los otros dedos se mantenían juntos, y todo a la altura del vientre. Los francotiradores reaccionaron ante la señal y lanzaron una andanada precisa y variada de proyectiles que desplomaron a los recién llegados, esto fue seguido de múltiples estallidos lejanos en el cielo, producido por el impacto de cientos de misiles no convencionales alemanes a una flotilla aérea de las naves militares de los alienígenas.

Mientras su seguridad la retiraba del lugar pensó en su severo padre, en el bosque de su niñez, y en algunos científicos como ella, aunque orientados a la astronomía, especialmente en Hawking quien alertó en el último periodo de su vida sobre los peligros de intentar contactar extraterrestres.

Pasado el año en el mundo era llamada la "Mami de Hierro". Su acción preventiva había desalentado la invasión a la Tierra.

Biografía

Ángela Dorothea Merkel

Nació el 17 de julio de 1954 en Alemania Occidental. En su niñez migró con su familia a Alemania Democrática, país bajo la influencia del comunismo de la URSS. Tras la caída del Muro de Berlín, regresó a su país natal como doctora en Física y Química. Hizo una brillante carrera en la política hasta ocupar, desde el 2005, el puesto de canciller en la ya unificada Alemania, a la que situó en desarrollo e influencia a la cabeza de Europa. Se le ha considerado innumerables veces como la mujer más poderosa del mundo.  




sábado, 28 de abril de 2018

TONTOS Y RETONTOS - Por Benjamín Román Abram


Tontos y retontos
Por Benjamín Román Abram




Tontos y retontos
Por Benjamín Román Abram               

En el año 2,800 d. C., Colosal con la magnífica cantidad de información que brindaba sobre el conocimiento humano rendía tributo a Cyclopaedia (1728), el gran logro del periodo de la Ilustración. También a la Encyclopédie (1751), a la Enciclopedia Británica (1768), a la fugaz Microsoft Encarta (1993), a Wikipedia (2001) que estuvo vigente casi doscientos años antes de que fuera sustituida, y a una larga lista de obras.
Como un acérrimo del saber me cautivaba tener los conocimientos a mi disposición, así activé a Colosal con el mejor ánimo y elegí el filtro binario, que evitaba que el interesado recibiera demasiada información y la reducía a dos opciones ajustadas a los intereses y necesidades del usuario. Pensé en la palabra« tonto». Esto hizo que se presentará en mi mente, como si fuera un pensamiento, una película  estadounidense y el periodo de gobierno de  dos gobernantes venezolanos.
El film lo podía haber esperado. Si bien era de un año tan remoto como 1994, la había visto, incluso sabía que a esta taquillera obra le siguió años después una precuela, sin los actores iniciales y luego una secuela con ellos y retomaba la original, pero estas no gozaron del favor del público y menos de la crítica.
 Era una comedia de trama simple, el canadiense Jim Carrey, con el estadounidense, Jeff  Daniels hacían de tontos hasta el absurdo. Aunque provocaban bastantes calamidades realmente se sentían hombres afortunados. Podría decirse que en el fondo era una obra sobre la amistad.
Estar presente, en esa especie de holograma mental, como un testigo mudo de las escenas definitivas era algo magnífico. Podría haber hecho lo mismo con el detrás de cámaras, pero ¿para qué romper el encanto?
El segundo concepto fue revelador. Antes tuve que asentir, simplemente haciendo puño, a una advertencia de la enciclopedia Colosal, acerca de que esta vez «tonto» se representaba como un sobrenombre despectivo con el que fueron conocidos dos presidentes, pero que como todo en la vida era debatible y finalmente era el interesado el llamado a aceptarla, cuestionarla o investigar. A diferencia de la película, decidí no usar todos mis sentidos y solo oír la información.
Hugo Chávez Frías, que gobernó Venezuela a partir de 1999 y su discípulo, Nicolás Maduro Moros que asumió el mando en 2013. Ambos aplicaron una política de izquierda radical, que jamás tuvo éxito en el mundo, sumieron a una de los países con mayores riquezas naturales, principalmente el petróleo en uno donde la crisis económica era su día a día. Según se ha acreditado solo comparable a la crisis financiera que viven los países que están en guerra total. Los especialistas sostenían que el apelativo de «Tonto y retonto» se originó por eso y por sus maneras, sus discursos grandilocuentes mediante los cuales insultaban desde personas notables hasta a las naciones progresistas del globo.
En el caso de Chávez, se mencionaba como ejemplo de su conducta singular el macabro y vano desentierro que ordenó de los restos del Libertador Simón Bolívar, alegando que era para investigar si la causa de su muerte fue la tuberculosis. También señalaban a las miles de expropiaciones realizadas,  la que incluyó, para la risa de muchos, bienes que ya eran propiedad del estado.
 En cuanto a Maduro, subrayaba su extraña manera de comunicarse, ya que abundaba en el lapsus linguae, los errores de concordancia gramatical, testimonios como cuando afirmó que en una pared, producto de una excavación subterránea, se podía ver en las grietas la faz del fallecido Chávez. Hubo una más risible, y fue cuando proclamó la extraña reencarnación de su antecesor en un pajarito con el que intercambió silbidos, para finalmente, vía telepatía, sentir que era bendecido y aconsejado.
 La enciclopedia terminó indicando que la denominación, se hizo popular años después de la muerte de ambos, cuando Venezuela ya no existía en el mapa, y para referirse a cualquier binomio fatal.
Me entristecí ¿y si fuese peor de lo contado? Si se intentó prolongar la película de 1994 con otras dos, ¿esos gobernantes tendrían más reemplazantes? Me di cuenta, que no solo era posible, sino había sucedido, y peor aún, gracias al soporte de millones de personas, contaminadas por la ideología o el clientelismo.
Desconecté a Colosal, y pensé que recordar esa película me había divertido, pero no lo segundo. Luego pedí al piloto que acelerará la nave para llegar lo antes posible a la republicana Plutón, donde me esperaba una contienda electoral ejemplar, como candidato a la presidencia.
Jim Carrey                   
Nació en 1962 en Canadá. Con gran capacidad para improvisar y facilidad para la gesticulación, triunfó en Hollywood con películas, la mayoría humorísticas, como Ace Ventura: detective de mascotas, La Máscara, Dos tontos muy tontos, El show de Truman, El Grinch y un largo etc.

Hugo Chávez Frías
Nació en Venezuela en 1964 y habría fallecido en Venezuela (algunos sostienen que en Cuba) víctima del cáncer en 2013. En 1964, siendo cadete del ejército arribó al Perú para recibir cursos en la Escuela Militar de Chorrillos Era la  época de la dictadura militar de izquierda del general Juan Velasco Alvarado. Influido por su ideología, tiempo después, en Venezuela intentó llegar al poder de manera violenta en 1992, pero fue detenido y pasó dos años en la cárcel, posteriormente, dada la desconfianza de la población en los políticos tradicionales triunfó en las elecciones presidenciales del 2006. Poco a poco copó las instituciones democráticas y dio principio a una crisis económica que dejaría como herencia al siguiente presidente, Nicolás Maduro Moros.

Nicolás Maduro
Nicolás Maduro Moros nació en Venezuela en 1962. Ante el cáncer que aquejaba al presidente venezolano Hugo Chávez asumió el cargo, hasta que con un sufragio fue elegido mandatario. Continúo con la política populista y de izquierda de su antecesor, provocando una inflación, una crisis humanitaria pocas veces vista en la historia.

martes, 27 de diciembre de 2016

DONALD T - Por Benjamín Román Abram






Este cuento se inicia con una conversación sobre un posible negocio inmobiliario en Lima, ciudad desolada luego que a mayoría de sus habitantes murieran por un ataque zombi, por ser zombis o por la ofensiva militar...

 

Donald T 2022                 

Por Benjamín Román Abram

El expresidente de Estados Unidos y magnate inmobiliario estaba sentado en su escritorio, de modo alternativo repasaba los planos de Lima o posaba sus ojos sobre las fotos de la ciudad proporcionadas por uno de los satélites de su corporación, cuando la voz del capitán anunció solemnemente el próximo aterrizaje de su avión privado. Trump se puso a observar por la ventanilla derecha y se dio cuenta de que habían dejado atrás la capa de nubes que se conocía en la capital de Perú como «cielo panza de burro» y que además de las alas con su apellido, ya podía ver el océano Pacífico y pronto una porción de la ciudad. No lucía ordenada y si bien había muchos edificios, estos eran más pequeños y menos glamorosos que los de otras grandes metrópolis. Al poco tiempo, se encendió la luz que indicaba que debía colocarse el cinturón. De todas formas, su azafata tocó la puerta de la lujosa habitación aérea para recordárselo y él, sin abrirle, le contestó desde una cama, con tono juvenil y socarrón, a pesar de su edad, que lo haría de inmediato.

El descenso fue amigable, como lo había sido siempre en el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, más aún cuando el tráfico aéreo era escaso. En sus instalaciones ya no funcionaban las tiendas por el poco movimiento de pasajeros.

***

—Esta es una oportunidad de oro, la ciudad está casi desierta y sus inmuebles en excelentes condiciones. Los que no murieron mordidos por los zombis, lo hicieron por el ataque militar que ordené hace unos años o se alejaron para olvidarse de la pesadilla. Casi nadie ha reclamado las propiedades como herencia y el gobierno peruano está licitando toda la infraestructura libre, que es la gran mayoría. Lo que sea irrecuperable lo arreglaré con explosivos, aplanadoras, con la logística del Grupo Trump. Levantaremos carreteras, hoteles, casinos y, claro, muchos condominios.

—Donald, te entiendo, pero lo que me pides es que te apoye con miles de millones en capital y en buena cuenta postular a una licitación por un cementerio gigantesco.

 —Así es, retocarla y venderla como una ciudad paraíso a los mejores postores; es decir, ancianos extranjeros muy ricos para sus eventuales descansos o para sus retiros permanentes. Lima no será el fracaso de Miami, siempre hostigada por tormentas, huracanes y cambios bruscos de temperatura. Aquí el clima es agradable y templado todo el año. Con facilidad de comunicación por mar y aire, y donde los nuevos habitantes no estarán escuchando de la boca del vecino los problemas del calentamiento global. Esto nos dejará mucho dinero.

—Donald, y ¿si nuestra sociedad se ve cuestionada?, por ejemplo, por una ONG, uno de esos colectivos locos o leyes que vayan contra nuestros intereses.

 —De eso me encargo yo, por algo soy un genio del mercadeo y de los contactos. Además, constituiremos una inmobiliaria-constructora solo para esto y no la vincularemos legalmente con mi corporación, aunque eso sí, siempre tendrá que ir Trump como parte de su nombre, uno árabe, como el tuyo, podrá ser exótico, pero no tiene mi pegada. Respecto a la nueva empresa, tendrá una buena cobertura de seguros por si algo nos fuera mal. Diremos, y será de corazón, lo lamentable del accidente aéreo causado por los chinos y que derivó en ese brote zombi y tanta gente muerta. Recalcaremos la verdad, que fue muy penoso para mí, pero también un deber como líder de Estados Unidos y del mundo libre, ordenar el bombardeo para exterminar a los millones de zombis, y fue algo terrible que con ellos se fueran tantos vivos. El broche de oro será ofrecerles algo digno para sus fallecidos, como el día mundial de la vida y asunto arreglado. No creas que no tengo corazón y pienso que estoy siendo sincero, pero esa desgracia no tiene que impedir los negocios.

 —Algo más Donald: China también está interesada en hacer algo semejante allí y nos puede ganar.

—Mi querido príncipe, China, China, jamás. Nunca me ha ganado, nunca me ganará y menos con su accidente. Confía en mí, se mi socio.

***

Donald fue recibido en el aeropuerto limeño por Samuel del Corral Mariátegui, su flamante gerente en Perú. Luego de unos minutos subieron a una camioneta Hummer azul y se alejaron por el carril libre de la avenida Elmer Faucett, lo precedían y seguían vehículos idénticos, parte de su seguridad que vino en el avión y parte que ya lo esperaba en Lima. En el otro carril estaban acumulados zombis y humanos muertos a la espera de que su empresa se hiciera cargo de ellos. Por un momento pensó que, si no hubiese pasado varios años del desastre zombi y no estuvieran tan deteriorados los desvestiría para vender la ropa en otros mercados o cortaría sus cabellos para la gigantesca industria de las pelucas postizas. Luego arribaron a un helipuerto, y subieron a una moderna nave para tener otra vista de  Lima.

—Sr. Trump, fue un honor recibirlo, dijo Samuel Mariátegui. Así que los chinos y los franceses quisieron ganarnos. Fue brillante ofrecer mejorías sobre las bases del concurso. Pero más que ya con el triunfo en mano, lograse que el gobierno peruano le otorgue exoneraciones tributarias a cambio de nuestro compromiso de localizar a familiares de los fallecidos y compensarlos por las herencias inmobiliarias.

—Samuel, no me defraudes con eso. Sepulta a cuanto puedas en grandes hondonadas, y separa a unos cuantos, para hallar a sus deudos, pero no a muchos. Además, ten todo a punto por si fracasamos en el negocio y debo liquidar “Paraíso Trump” con rapidez.

 —¿Liquidación, señor Trump?

—Liquidación, cierre, quiebra, ya veremos, Samuel, no es que piense hacerlo, pero prefiero tener un plan b o hasta c. Pero la idea es que venderemos a esos viejitos ricos hasta el último centímetro cuadrado. ¿Sabes?, como mi gerente te harás millonario. No como yo, pero lo suficiente para que puedas jugar golf el resto de tu vida.

—Señor Donald, un tema que está circulando es que podría haber zombis sobrevivientes.

—Samuel, ¿ves algo por las ventanillas? nada, ¿no? tú eres quien vive aquí y supongo que sientes miedo, pero tienes mi palabra de honor de que esas monstruosidades no volverán a la vida por segunda vez. Cuando fui presidente de los Estados Unidos me cercioré de que el químico zombi fuera efectivo. Recuerda, la marca Trump es un sinónimo de calidad.

 

Donald John Trump es un empresario acaudalado, egocéntrico, sagaz y polémico. Nació el 14 de junio de 1946 en Nueva York. Tomando como punto de partida la exitosa empresa inmobiliaria de su padre, logró abrir su propio camino en el mundo de los bienes raíces, expandiéndose luego a otros rubros. El rascacielos Trump Tower se inauguró en 1982 en Nueva York. Continuó poniéndole su apellido a sus proyectos posteriores, convirtiendo a este en una marca. Luego de sus agresivos discursos hacia sus adversarios políticos, y contra todo pronóstico, fue elegido el presidente número cuarenta y cinco de Estados Unidos.